Registran el lagarto más pequeño del mundo en el parque Tayrona

El “Lepidoblepharis miyatai”, que se encuentra en Peligro Crítico y es no es más grande que una moneda de $100, fue encontrado en varios sectores de este parque natural por un grupo de biólogos, antropólogos y cineastas.

Así es el “Lepidoblepharis miyatai”. / Cortesía PNN

El lagarto más pequeño del mundo tiene un nombre difícil de recordar: Lepidoblepharis miyatai. No es más grande que una moneda de $100 y, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, se encuentra en «Peligro Crítico». Hallarlo es algo muy parecido a ver, como dice el popular dicho, una aguja en un pajar. Toda una fantasía para los biólogos.

Pero, aunque encontrarlo es tarea titánica, hace poco un grupo de investigadores de las universidades del Magdalena y del Quindío logró observarlo en el Parque Nacional Natural Tayrona. Biólogos, antropólogos y cineastas se unieron para buscarlo en los bosques de este ecosistema. Tras recorrerlos, lo hallaron en los sectores de Bonito Gordo, Ensenada Concha, Gayraca, Neguanje, Pueblito y los Naranjos. También en las Tinajas, Termonorte y algunos bosques aledaños a la Hacienda de Palanganas.

Como cuenta Parques Nacionales Naturales (PNN) en un comunicado, esta observación fue posible gracias al proyecto “El pequeño mundo de Lepidoblepharis miyatai: Relaciones taxonómicas-ecológicas como herramientas de Conservación”, que está financiado por la Sociedad Zoológica de Londres bajo el programa EDGE of Existence. La idea es “revaluar el estatus taxonómico y distribución del lagarto; así como generar información sobre la densidad poblacional y los requerimientos específicos de hábitat”.

“El Lepidoblepharis miyatai es un lagarto pequeño endémico del bosque seco tropical del noroeste de la Sierra Nevada de Santa Marta y la descripción original de ésta especie se encuentra basada en siete especímenes colectados en 1964 en el sector de Bahía de Gairaca”, dice la investigadora Liliana Saboyá Acosta.

Según Acosta, durante más de 52 años esta especie pasó desapercibida y debido a que no se habían realizado trabajos sobre el estado poblacional, se consideraba como posiblemente extinta.

En Colombia, asegura PNN, esta especie está clasificada como “En Peligro” en el Libro Rojo de Reptiles Colombianos, hecho por Calderón-Espinosa y Medina-Rangel.

“Los criterios utilizados en esta evaluación fueron: el rango de distribución pequeño (1214 km2), la edad de sus registros y los tipos de vegetación altamente amenazados que se encuentran dentro de sus hábitats”, explica PNN.