La comercialización y la configuración de los precios de los granos – arroz, maiz, trigo, soya..,- es harto incierta. Por ejemplo, en las bolsas mercantiles – la de Chicago que incide mucho en los precios de nuestros productos – las oscilaciones son frecuentes y erráticas obedeciendo a múltiples factores.
Con el maíz. Bajó el precio del petróleo y ligado al hidrocarburo, bajó también el del etanol. En EEUU este combustible orgánico se genera a partir del maíz; es decir, sobra maíz y ante la poca demanda, a lo que se agrega la lentitud de los negocios con China, se genera una sobreoferta temporal y descienden los precios de la gramínea. Inesperadamente, ahora anuncian nuevas dinámicas comerciales que reactivarían los precios que venían en caída libre.
Ahora con el arroz. La primera voz de alerta provino de Vietnam. En términos generales el arroz en el mundo no es un cultivo destinado a la exportación; tres países son excepción: EEUU, Uruguay y Vietnam. El país asiático advirtió que frenaba la salida del grano y prefería asegurar el abastecimiento de la gramínea para su consumo interno.
En Colombia, que se preveía un hectareaje desmesurado para dedicarlo al cultivo del arroz; hoy existe incertidumbre en tal sentido. Ante el freno mundial de muchas actividades, el suministro oportuno y suficiente de los insumos para desarrollar una agricultura a la que se le aplique el paquete tecnológico adecuado, se pone en duda. Explotaciones mineras, elaboración y formulación de agroquímicos en cámara lenta hacen presentir que irá a faltar el suministro, repito de manera oportuna y suficiente.Agreguemos a las dificultades anteriores los inconvenientes y atrasos en cuanto al tráfico y movilidad, con el consecuente incremento en las tarifas del transporte; a todo nivel. Grandes áreas que inicialmente se creía iban a sembrarse, se patrasiaron. El fenómeno será más drástico en Casanare en donde se consideraba que superarían las 150.000 hectáreas. En el Meta, dada las condiciones, experiencia y baquianaje nos estabilizaremos alrededor de las 60.000 hectáreas; similares a las de años anteriores.
Álvaro Orjuela Villalobos
Ingeniero Agrónomo