Estar en los cuadrangulares, ni más ni menos que en la disputa de las finales del único semestre que se pudo completar en el 2020, por la traumática situación suficientemente conocida, para Llaneros Fútbol Club, ya es un logro muy importante.
La evaluación de la campaña llanerista, tiene que dividirse en dos etapas. Ambas con resultados favorables. Los equipos no clasifican ni quedan eliminados en las últimas fechas, contrario a lo muchas veces dicho o creído. Es la sumatoria de muchos puntos, la que los lleva a fases decisivas, o a quedar fuera de ellas, en los campeonatos.
Llaneros FC, que valga decir, tuvo tres sedes en un mismo torneo, porque comenzó en Tunja, siguió por Zipaquirá y cerró en Villavicencio; se estrenó con victoria sobre Unión Magdalena por 4 goles a 0. De entrada, la nómina dirigida entonces por Diego Suárez, picó en punta, y asumió el liderato.
Antes de ser suspendida la competencia, el equipo que vestía con camiseta naranja, en su uniforme principal, y que estaba radicado en la capital del departamento de Boyacá, sumaba 11 puntos en siete fechas, que lo ubicaban entre los ocho primeros de la tabla de posiciones.
Un Llaneros FC que sorprendía y alcazaba un desempeño favorable, pues lo conformaban, básicamente, jugadores sin nombres provistos con mayor sonoridad en el entorno futbolístico (varios de ellos, que venían de la temporada 2019). La figura más destacada era Helbert Enrique Soto.
Llegado el cambio que se produjo, en el timonel administrativo de la institución, con Juan Carlos Trujillo a la cabeza en su condición de presidente, la plantilla fue renovada en cerca o más del 80 por ciento. Detalle, nada menor, por supuesto. Veamos el porqué.
De un lado, porque la mayoría de los equipos sostuvieron a los futbolistas que reunieron desde la pretemporada a principios del año, y de otro, porque el cuadro llanerista, casi que debió iniciar de cero. Nuevo técnico (Wilmer Sandoval), nuevos jugadores, nueva plaza, y hasta nuevo uniforme. No es lo mismo la continuidad de un proceso, por corto que sea, que volver a comenzar.
De jugadores poco conocidos, en un elevadísimo porcentaje, se pasó a figuras relevantes del fútbol colombiano como Carlos Carbonero y Omar Vásquez; convertidos en las contrataciones que más revuelo causaron, previo al retorno a los estadios que albergan a la Primera B. A quienes se unieron a Carlos Rivas, Carlos Rúa y Sebastián Duque, también integrados en el grupo de refuerzos.
En las diez fechas jugadas, tras la reactivación del Torneo Betplay, Llaneros Fútbol Club acumuló 17 puntos, que le permitieron totalizar 28, con los cuales se ubicó en el sexto puesto de la clasificación, separado por 5 del primero que es Cortuluá, empatando en puntuación con Atlético Huila, que es séptimo, y superando por 1 a Leones, que es octavo.
Es evidente que el peso individual, en la semifinal, recaerá, en especial, en Omar Vásquez, quien suma ocho goles y es segundo entre los mayormente anotadores del campeonato. Sin duda, la figura del onceno llanerista. Su vinculación, marcó notable diferencia. Buena parte de la clasificación conseguida, se debe a tantos suyos, que dieron puntos.
Expuesto los atenuantes de cambio de nómina (incidentales para cualquier equipo), de relevo en la orientación técnico – deportiva, y hasta de ser anfitrión en tres plazas distintas, dos de estas, en el presente semestre, disímiles, además, en altitud sobre el nivel del mar, humedad y temperaturas; la clasificación lograda por Llaneros FC, es un logro significativo.
Al margen de los traslados, que obviamente inestabilizan, y de las renovaciones nominales; es claro que sigue siendo un equipo en proceso de estructuración, con altibajos en su funcionamiento, que tiene jugadores bien dotados técnicamente, algunos que marcan diferencia, y otros, de los que se puede esperar más. Pero, sobre todo, que el ataque es su gran Talón de Aquiles: imposible, es tapar el sol con un dedo.
Éxito para el conjunto llanerista en los cuadrangulares, una competencia, que es más mucho exigente y complicada. En seis fechas, tres de local e igual cantidad de visitante, se enfrenta a rivales que no por causa de la fortuna, también clasificaron entre los primeros ocho. La subida, cada vez se torna más empinada, alcanzar la cima, es el reto a conquistar.
Coletilla: Llaneros FC no clasificaba a la semifinal desde el primer semestre de 2019.
Alfonso Sierra / Periodista Deportivo