Temas como los feminicidios que hoy ubican a Villavicencio como una de las ciudades más inseguras del país para las mujeres, las 66 de victimas fatales en accidentes de tránsito en lo corrido de este año, la inseguridad disparada en las ocho comunas, el deterioro de la Malla vial y el irregular cobro de plusvalía, son solo algunos de los temas que no han encontrado eco en el Concejo de Villavicencio y mucho menos una posición critica por parte de quienes son los encargados de representar y ser garantes de las necesidades de la ciudad.
A lo anterior se le suma los flojos debates de “control político” donde los funcionarios de la administración municipal en muchas ocasiones incumplen las citaciones y en otras pese a que hacen presencia no responden los cuestionarios enviados por la Corporación edilicia, la situación genera debates flojos, sin análisis y sin ningún resultado en temas esenciales para el desarrollo de la ciudad.
La situación hace evidente la falta de liderazgo y él pesos político de los 19 concejales, elegidos hace un poco más de un año.
El concejo de Villavicencio tristemente se convirtió en un comité de aplausos de la administración municipal; el recinto ahora digital, es la única entidad oficial que no ha reactivado actividades presenciales, transformó sus plenarias en un recital de felicitaciones a los funcionarios, sin una visión crítica de la ciudad, esto solo quedó en campaña y le está haciendo un daño inmenso a los problemas ahora invisibles.
La capital del Meta merece un poco más; los nuevos liderazgos que prometían cambios, son más de lo mismo; la falta de competencias y profesionalismo deben ser obligatorios en primer escalón de la democracia pero lamentablemente de seguir la misma línea en los próximos tres años esto no va a cambiar.
