Ella presentó tos seca y dolor de espalda, pero le indicaron que sus síntomas no eran de coronavirus
Sofía, de 47 años, comenzó a tener síntomas el día 5 de abril del 2020. Ella trabaja en el sector de la salud y procuraba todas las medidas de seguridad para proteger a su mamá, a su esposo y a su hija de 11 años.
A pesar de todo, un día comenzó a tener una tos seca constante que no le permitía dormir y le dolía mucho la espalda. “Por eso, el 5 de abril llamamos al médico domiciliario. Como no tenía fiebre le tomaron un electro y salió normal. Le dieron un analgésico, un relajante muscular y no le dieron incapacidad”, contó su esposo, Bernardo.